colección
inglés
La Colección Inglesa es constituida básicamente por pinturas de retratos. El más antiguo, del periodo manierista, datado de 1553, es un raro óleo sobre madera de pintor anónimo – Retrato de Lady Jane Grey a los 16 años, que fue reina de Inglaterra nada más que por nueve días. Las otras pinturas son sobre todo del siglo 18, cuando el género de la retratística alcanzó su auge en aquel país, traduciendo la elegancia y la sofisticación de la época. Uno de los principales lienzos es de Joshua Reynolds (1723-92), maestro de la composición formal y primer presidente de la Real Academia de Pintura Inglesa: el delicado estudio para el Retrato de Lady Carolina, que tiene su versión definitiva expuesta en la National Gallery de Washington. Más importante es también el bello Retrato de la señora Williams posando como Santa Cecilia, de Thomas Lawrence (1769-1830), pintor de la realeza, cuyos retratos causaron admiración en las altas esferas de la sociedad inglesa. Otras obras que se destacan son las dos atribuiciones a Thomas Gainsborough: Retrato de hombre y Paisaje otoñal con vacas y figuras humanas; el Retrato de Mr. Hylar, de Lemuel Francis Abbot (1760-1803); el Retrato de Mr. Critchley, de George Romney (1734-1802); el Retrato de una joven dama, de John Hoppner (1758-1810); Baigneuse, pintura atribuida a Joshua Reynolds, que también firma el pequeño dibujo Retrato de joven con sombrero.
La Colección Inglesa de la Fundación Eva Klabin presenta raro y variado conjunto de platería, de los siglos 17 a 19, con marcas y contrastes de los más reputados plateros. Consta de salvillas, tankards, recipientes para talcos, candeleros y candelabros, soperas y fuentes para legumbres, bandejas y cajas para el té. Algunas piezas están expuestas sobre los muebles y otras, dentro de la gran vitrina del Salón Comedor.
Dos piezas importantes de mobiliario se destacan: la mesa doblable, del siglo 17, periodo Charles II y la papelera estilo Chipendalle, del siglo 18, decorada con motivos orientales, los llamados adornos chinos, muy de moda en la Europa en aquella época. Esa decoración llegó hasta Brasil por intermedio de artistas y artesanos portugueses, y se hace presente todavía hoy en algunas iglesias del siglo 18.