colección holandés y flamenco
La Colección Flamenca y Holandesa es constituida por obras de los maestros del siglo 17, el llamado “siglo de oro” de Holanda, que en aquel momento veía surgir una próspera clase media. En las artes, se desarrollaba la pintura de caballete, adecuada para decorar las casas de los ricos burgueses. Los pintores se especializaron en retratos de cuerpo entero o de medio cuerpo, escenas de interior y de costumbres, paisajes y naturalezas mortas. Estos temas cotidianos son las llamadas escenas de género, muy apreciadas por los grandes coleccionadores del siglo 19, y de la primera mitad del siglo 20.
La escuela holandesa está bien representada por el Retrato de magistrado rodeado de libros (1654), de Govaert Flinck (1615-1660); el Retrato de hombre, de Gerard Ter Boch (1617-81); el Paisaje rocoso con nubes, de Hercules Seghers (1590-1640); Escenas de caza, de Philips Wouwerman (1610-1668); Naturaleza muerta, de Pieter Steenwyck (1612-1656); Paisaje con lavanderas, de Guillaume Dubois (?-1680) y por las dos delicadas miniaturas de Glauber (1656-1703), Aurora y Crepúsculo, las primeras piezas adquiridas por Eva Klabin y que dieron comienzo a la colección.
Ya la pintura flamenca está representada por Paisaje con dos figuras, de Herman Nauwincx (1624-1651), Paisaje con figuras, de Jodocus de Momper (1564-1635) y Cena mitológica con Poseidón y Anfitrite, de Van Balen (1575-1632).
La colección posee también dos bellos cuadros del Renacimiento flamenco, atribuidos a los maestros primitivos Ian Provost (1465-1529), Madona, Niño y dos ángeles sosteniendo las Sagradas Escrituras, y Adriaen Isenbrant (final del siglo XV-1550), Madona, Niño y paisaje. Los temas religiosos tenían la preferencia de los artistas flamencos de ese periodo y, en ese aspecto, están muy bien representados en la colección de Eva Klabin.
Completando la colección, dos grabados de Rembrandt (1606-69).